
Seguindo cos artigos que D. Enrique fixo sobre as ermidas e igrexas do noso concello de As Pontes de García Rodríguez, poñéndoas en valor ao recuperar a súa historia, imos ver algo que nos deu a coñecer o día 18 de xullo de 1990 e co motivo das festas patronais.
Publicouno A VOZ DE GALICIA, e é un artigo referido a Igrexa do Freixo, e máis concretamente á súa porta principal, xa que nela aparecen dúas columnas que nos falan da historia deste templo.
COLUMNAS DEL SIGLO XVII CON SUS FIGURAS ADORNAN EL TEMPLO PARROQUIAL DE O FREIXO.
Por D. Enrique Rivera Rouco.
La puerta principal de la iglesia de O Freixo (As Pontes) ha sido adornada por el exterior en el sigo XVII con dos columnillas y repisa transversal, logradas en roca dolomítica (sedimentaria, arenisca, marrón, blanda) de uso antiguo en las edificaciones de la zona y concretamente en la obra referida del templo.
Dichas columnas presentan, en bajo relieve, tres efigies: una de la Condesa de Montenegro y las otras de los monarcas entonces reinantes en España: Carlos II y su esposa Doña Mariana de Austria.Conforme la documentación que conserva el Obispado de Mondoñedo sobre fundaciones, administración y provisión de capellanías, los datos del Archivo Parroquial de O Freixo (Que transcribe la obra “Estudios Mindonienses” volumen I; págs.. 361 y siguientes. Ediciones. Kadmos. Salamanca. Año 1985), y la tradición oral, en el año 1665 Doña Florencia de Estua y Miranda, esposa de D. Fernando Sanjurjo Montenegro, familia noble residente en el palacio de Pude (San Simón de la Cuesta-Lugo) erigió el Santuario de Pena de Francia en Solloso (O Freixo) con capellanía de “colocación laical”, es decir, de presentación y patronato de legos o seglares.
El hermano político de Doña Florencia, D. Antonio Sanjurjo Montenegro, cura de O Freixo, fundó mediante testamento cerrado de fecha 27 de diciembre de 1672, una capellanía, también de “colocación laical”, de la advocación de la Virgen de la Concepción con sede en la iglesia de dicha parroquia. Fue en esa época, en la segunda mitad del siglo XVII, cuando ha sido ampliado el edificio del Templo parroquial de esta Feligresía; le añadieron las dos naves laterales, el pórtico y el campanario, y adosaron en torno a la puerta principal las columnillas conmemorativas que continúan rememorando aquellos tiempos.
El recuerdo de la Condesa de Montenegro se conserva aún con beneplácito en la memoria de los feligreses como de grata persona, pese a la distancia cronológica que les separa y a la índole opresora de la antigua nobleza.
Esos beneficios por ella proporcionados, unidos al crecido número de habitantes que antaño integraban esta parroquia, consiguieron enaltecerla con la máxima categoría parroquial, de mayor rango que As Pontes: la categoría “de término”.

El templo parroquial, más similar en sus dimensiones a una catedral que a una iglesia de aldea, y la suntuosidad de la casa rectoral que iguala a los pazos gallegos, comprueban la