Como os artigos dos anos 1992 e 1993 xa se publicaron nesta páxina, pasamos hoxe ao do ano 1994 (artigos das Revistas das Festas Patronais), onde D. Enrique nos fala dos cemiterios ponteses, aportando datos sobre os mesmos.
LOS CEMENTERIOS DE AS PONTES
Por D. Enrique Rivera Rouco
Cronista Oficial de As Pontes
El primer cementerio, situado detrás de la Iglesia Parroquial, fue erigido en el año 1857 al prohibir el Ministerio de Sanidad los enterramientos dentro del Templo y atrio, con motivo de la epidemia del “Cólera Morbo” que, en estas fechas asoló la Nación.

Antes se enterraban los cadáveres dentro del Edificio de la Iglesia, colocando los ataúdes de forma vertical para que ocupasen menos espacio y además remozaban el ataúd con cal viva a fin de que se consumiera pronto el cadáver y dejara el lugar para otro.
Las chapas de pizarra que componen el suelo de las iglesias antiguas son tapas de enterramientos. Suelen llevar un agujero en el centro para facilitar su levantamiento y colocar un cadáver. Al ocurrir dicha epidemia comenzaron a crearse los cementerios.
En As Pontes, el señor José Prieto (antepasado de los Prieto Mosteiro) donó la finca en que está ubicado, y, según el libro de fundaciones del Archivo Parroquial así como la tradición de los mayores, fue el primer enterrado D. Ramón Cabarcos, de la Villa, el 30 de Enero de 1858.
Estuvo en uso hasta el año 1926 en que fue construido el actual de las Campeiras, por haberse saturado su espacio. Sobre la puerta de entrada tiene una calavera y un epitafio que dice: “Cual te ves me vi, cual me ves ter verás, trae esto en la memoria y no te condenarás”, y también una pequeña chabola al lado izquierdo que sirvió de sala de autopsias.
Del subsuelo sale un manantial de agua que desemboca en el río por su lado Este, en que hubo un lavadero que usaron las vecinas del entorno. Más no solían beber de tal agua, por provenir de entre los muertos. Gran número de vecinos solían utilizar la sabrosa agua de a “Fonte do Obispo”, situada junto a la Presa de Alende.
Existió una leyenda relativa a este Cementerio, según la cual había en él un “cuerpo santo”, en estado incorrupto; incluso algunas personas afirmaban haber visto sobre su sepultura luz por la noche.
En la pared posterior, colindante al edificio de Fenosa y, en simple hornacina oculta bajo las yedras, se descubrió una imagen de la Virgen del Carmen, tallada en granito, en sus líneas y formato ostenta mayor antigüedad que el Cementerio.
Probablemente fue trasladada procedente de la Capilla del Carmen. Hoy se halla ante dicha Capilla sobre una elegante columna por iniciativa del actual Sr. Alcalde. En este Cementerio primitivo sólo se conservaban dos nichos de tres urnas y dos de una, y varias lápidas con cruces de mármol y otras de hierro ya carcomido por el óxido.

Fue saturándose y, ya entrado nuestro siglo, la Parroquia aspiraba a la construcción de otro nuevo. Los emigrado de As Pontes en Cuba (que en el Centro Gallego construyeron la Sociedad “Hijos de Puentes de García Rodríguez” en el año 1912) decidieron costear la edificación de un nuevo Cementerio con Capilla, sala de autopsias, osarios comunes en las esquinas del fondo y un local para las herramientas del enterrador con un pozo de agua unido.
Doña Rita Rivera Chao, vecina de As Pontes en la Avda. de Calicia, nº 11, donó el solar en el año 1924. Las obras de cierre del solar, las primeras hileras de nichos y demás equipamientos fueron lentas, pues la inauguración tuvo lugar el primero de Diciembre de 1926.
El primer enterramiento se verificó (conforme constata el libro de defunciones del Archivo Parroquial) el 4 de Diciembre de 1926, en que fue inhumado el cadáver de D. Antonio López Ferro, antepasado de la Familia “Alexos da Vila”.
Y por ser el primer enterramiento le fue cedida la fosa gratuitamente. Cabe señalar que el suelo era tan fangoso y con manantiales y por ello ocurrió que al depositar este difunto en la fosa, con bastante agua en el interior, el ataúd dio un vuelco en la misma. Este hecho desagradó al pueblo, y por eso posteriormente fue elevado el suelo con macizos de tierra, para lo que colaboró toda la Parroquia.
Otra anécdota digna de mención ha sido la discrepancia entre los promotores de la obra y el cura Párroco que entonces era el Licenciado D. José Rivas y Rivas, que deseaba que el cementerio tuviera el carácter eclesiástico, mientras que la Comisión Organizadora exigió fuera Municipal, y al prosperar la iniciativa de estos, el Párroco tomó la iniciativa de marcharse de As Pontes. Tenía de Coadjutor a D.
Fernando Prieto Rouco, natural de As Pontes (Hermano de “Antoña de Carmen”) el cual continuó desempeñando este cargo hasta su fallecimiento en 1946.
La última partida que firmó el Licenciado Rivas en los libros Parroquiales fue el 30 de Agosto de 1925.
En esta fecha fue nombrado Vicario Regente de esta Parroquia D. Celso Castro López, que la atendió hasta el año 1931 en que se hizo cargo de la misma el último Párroco D. José Río Seijo.
Los últimos enterramientos en el Cementerio viejo han sido: Vicente González Franco, do Rego do Muíño, el 19 de Noviembre de 1926; Nieves Ferreiro Fraga (de 6 años) de As Barosas, el 23 de Noviembre de 1926 y el párvulo José Amandino Domínguez Solloso, el 27 de Noveimbre de 1926.
La bendición e inauguración del nuevo Cementerio correspondía al Arcipreste de Zona, que en este caso fue el Párroco de Piñeiro D. José Sequeiro, nombrado Arcipreste al cesar el Licenciado Rivas. Además de las tres hileras de nichos, fabricados inicialmente, se fueron prodigando vistosos panteones con material noble e imágenes de mérito así como costosas fachadas de mármol.
A pesar de que fue ampliado hace pocos años, volvió a completarse debido al engrandecimiento del pueblo.
Por lo que en el año 1982 el Alcalde y Corporación decidieron construir otro en la zona de Alimpadoiros (al Norte de la Villa), y el 18 de Enero de 1993 fueron puestos en venta sus nichos, fosas y parcelas. Es un Cementerio amplio, con elegante trazado.
En su mensura de 40.000 m2 comprende mil nichos, trescientas veintidós fosas individuales, ciento treinta y dos parcelas para cuatro enterramientos y ochenta y ocho para ocho enterramientos.
Las ventas se realizan en riguroso orden de petición y de forma lineal y continua. Con este tercer Camposanto la Parroquia queda servida para muchos años. Está en obras, tardará tiempo en ser inaugurado.
Enrique Rivera Rouco
Texto e imaxes aportadas por Xose María López Ferro, director do Museo Etnográfico Monte Caxado de As Pontes