Rematados os artigos publicados na Revista das Festas Patronais por D. Enrique, imos dar paso a outra serie de artigos del recollidos polo sacerdote D. Xavier Martínez Prieto, ao que sempre estarei agradecido polo seu traballo encol da nosa Historia Pontesa e da creación de “HUME” Asociación de Estudos Históricos e Sociais, que aínda segue vixente na actualidade.
D. Xavier publicou estes artigos na páxina Web de AMIGUS e moi xentilmente me deixou reproducilos, incluíndo as fotos, no libro ”Don Erique Rivera Rouco, a súa vida e a súa obra” e que vou tratar de expoñer nesta páxina.
A D. Xavier e meu agradecemento, unha vez máis. (As fotos tamén son as publicadas por el).
Despois de catorce anos, nos que D. Enrique estivo de coadxutor na Parroquia de Santa María de As Pontes, foi nomeado polo bispo D. Miguel Ángel Araujo Iglesias, como párroco da Parroquia de Roupar, no concello veciño de Xermade-Lugo, seguindo cos seus estudos e publicacións como Cronista Oficial de As Pontes e facendo, ao mesmo tempo, estudos sobre a súa Parroquia de Roupar.
O artigo de hoxe vai precisamente sobre isto, é dicir, o que D. Enrique pescudou sobre a súa nova parroquia, pois o seu interese e preocupación pola Historia do lugar e a conservación patrimonial era algo que levaba moi dentro. Así, ademais dos estudos, propiciou a restauración do Templo Parroquial no ano 1993; e, máis tarde, no 1967 a da súa espadana.
LA PARROQUIA DE ROUPAR Y SUS CAPELLANÍAS (I).
En 30 de Enero de 1250, mediante documento firmado en Betanzos, el rey Fernando III confirmó al Convento de Meira (Lugo) el “Coto” de Roupar, antes ya donado por su padre Alfonso IX de León.(1) Posteriormente los conventos de Meira y Monfero (cuyas propiedades llegaban a Xermade) disputaron entre si la posesión de esta parroquia y limítrofes. En el siglo XVIII la Organización Administrativa del Rey Carlos III dirimió este litigio creando el hasta entonces inexistente municipio de Xermade, cuyo término pasó en consecuencia a ser regido por el Gobierno Nacional que, desde esa determinación, dispuso del señorío de esta Comarca.
Partiendo de estos datos y, habida cuenta de que en el siglo XVIII fue dueño de Roupar el Conde Amarante, del que existen referencias en la Parroquia, así como su pazo y la Capilla de San Roque por él fundada en el barrio de La Torre; y teniendo también en cuenta que la redención de los “foros” o cánones forales de Roupar fue verificada en 1927 por el Conde de Pallares, hecha la investigación sobre los linajes en la Historia de Galicia, se deduce claramente que el Sr. Amarante recibió en el siglo XVIII de parte del Reino el dominio de Roupar, que luego pasaría al Conde de Pallares por emparentamiento y sucesión de estas familias nobiliarias.
El título de conde de Amarante, fuera concedido por el real despacho del Rey Felipe IV el 31 de Agosto de 1648 a Juan de Lemos y Sarmiento, hijo de Alonso de Lemos y de Juana de Acuña, señores de Amarante, cuya jurisdicción comprendía fundamentalmente varias parroquias del Ayuntamiento de Antas de Ulla (Lugo) y sus sucesores se extendieron a más territorios lucenses, como Villasante, Ferreira, A Mota, Trabada y otros, entre ellos el “coto” de Roupar en el siglo XVIII.
Compone el escudo de armas de Amarante un blasón con corona condal, fondo de plata y trece redondeles de color azul. El pazo de su propiedad en el barrio de La Torre de Roupar poseía en la fachada un ejemplar de granito de este escudo, que lamentablemente fue destruido en una reforma del edificio. Un sobrino político de su hermana y heredera, Constanza de Lemos, llamado Sancho Arias y conocido por “el conde Sánchez” erigió en Roupar la ermita de la Virgen del Carmen y San Cayetano en el lugar de Campo Novo.
De la provisión de tal capellanía hay expedientes en el Archivo diocesano de Mondoñedo. La familia Amarante venía emparentada con las casas de Taboada y Vázquez de Parga, sucesores del Conde de Pallares, en el siglo XIX, cuando fue desaparecido el nombre de “Pallares” por falta de sucesión en línea recta. El Rey Fernando VII, en real despacho del 26 de julio de 1816, confirmó el título de Conde a Manuel José Pallares y Correa, Señor de Outeiro de Rey y Regidor perpétuo de Lugo.
Al no tener descendencia directa ha ido transcurriendo el título entre tíos y sobrinos, entre los que destacó D. Manuel Vázquez de Parga, nacido en Penas Corveiras (Villalba), poeta, escritor y periodista, fundador de los periódicos “Correo de Lugo” y “Eco de Galicia”. En 1823 la mansión principal de los Amarante fue derruida durante la revolución del Comandante Riego contra Fernando VII, al asaltar los constitucionales de Riego la morada solariega de Amarante que se había pronunciado a favor del Rey.

A partir de aquellas fechas las propiedades de esta casa señorial pasaron a los descendientes de Pallares y al marquesado de Medinacelli. Nuestros antepasados de Roupar pagaron a los Señores de Pallares el “canon foral” que anualmente iban a entregar, en víspera de Navidad, al residente en el pazo de Parga, y que consistía en reales de vellón y pares de capones ya dispuestos para ser guisados. En el año 1927 el Primer Ministro de Alfonso XIII, General Primo de Rivera, ordenó que estas posesiones forales fueran redimidas mediante un bajo valor de tasa, con lo que se extinguía el secular dominio feudal.

Las personas mayores de la Parroquia recuerdan como sus padres, en esa fecha, se desplazaron a Parga a redimir sus lugares, abonando el rescate establecido, al IV Conde de Pallares y ordenador de pagos del Ministerio de Hacienda D. Ramón Vázquez de Parga y de la Riva; siendo aquella fecha memorable y gozosa al verse libres de la dependencia señorial y propietarios de los bienes de que hasta entonces habían sido colonos, obteniendo el perfecto dominio de sus casas y fincas rústicas que en la actualidad disfrutan.
Esta extinción del feudalismo opresor sucedió afortunadamente en esa fecha a nivel de toda Galicia.
(De Enrique Rivera Rouco, agosto de 1990)
La Iglesia Parroquial

Posee una gran antigüedad como demuestra su estructura: campanario separado al estilo medieval; doble fachada con alboyo intermedio; única nave, de 20 m. de longitud, con cúpula sencilla en el presbiterio, al que se accede bajo un arco de medio punto; cielorraso artesonado de madera en forma trapezoidal; retablo mayor de estilo barroco sobredorado en oro, y dos retablos laterales con arte churrigueresco, situados en sendas hornacinas coronadas con arcos también de medio punto; dos departamentos paralelos al presbiterio, dedicados uno a sacristía y el otro a trastero. Presenta una decena de imágnes talladas en madera muy antiguas, entre las que, por su vetustez, destaca la del patrono San Pedro Félix.
Su estado de conservación es un tanto defectuoso, por haber sufrido hace 22 años el impacto de una descarga eléctrica de una tormenta, que, entre los desperfectos, derribó la cúpula del campanario. Restaurada en 1993 con techumbre nueva de madera noble de castaño, piso de piedra serrada, lucidos, etc., con lo que recobró su antigua esplendor.

(De Enrique Rivera Rouco, noviembre de 1991)
Capilla de San Miguel de Buscalte
Se halla esta ermita en la parte Este de la Parroquia de Roupar, en dicho Barrio, situado en las estribaciones de la sierra “Pena da Cruz”.
A juzgar por su estructura y objetos, posee al menos tres siglos de existencia: Retablo churrigueresco, bien obtenido, con dorado de oro en regular estado de conservación; pavimento de losas de pizarra; techumbre rústica construida también con piezas de pizarra muy gruesas y antiguas; cielorraso artesonado de madera de roble.
Contiene tres imágenes antiguas: una, la del patrono, y otra de advocación desconocida conseguidas en talla de madera y una Virgen del Carmen con vestido de tela.
No tiene espadaña sino una simple cruz sobre el ángulo de la fachada.
Se encuentra cercada, respectivamente por el norte y el sur, de un robledal, que fueron escenario de las meriendas y fiestas de los romeros que antaño allí acudían el día del Patrono (el 29 de septiembre). Actualmente solo tiene lugar la Misa de romería en esa fechad, y alguna otra que los devotos piden.
Este santuario no procede de institución señorial, sino que fue construido por devoción popular, cual se deduce de no haber sido dotado de capellanía fundacional, ni dueños o “patronos” propios, así como tampoco existen en el Archivo Diocesano expedientes de su provisión.
Según la tradición oral de los mayores de esta parroquia, hace varios siglos la Casa de Vérez del Barrio de la Armada construyó esta Capilla, y a lo largo de los años fueron sucesores de esta casa las familias: Vérez López, Pardo Vérez, Pardo Amarelo y otros.
El edificio, aunque inicialmente fue propiedad privada, al difundirse la sucesión, ese dominio se quedó en simbólico y actualmente está bajo la jurisdicción eclesiástica de la diócesis.
(De Enrique Rivera Rouco, 10 de enero de 1996)
San Roque de la Torre
Roupar era uno de los feudos otorgados al Convento de Meira en el siglo XIII por el Rey Alfonso IX de León. Colindaban sus posesiones con las del Convento de Monfero en las tierras limítrofes por el lado Oeste. En los siglos posteriores ambos conventos entraron en controversia acerca del dominio de la zona. El rey Carlos III dirimió el litigio creando el Concello de Xermade en 1760, por lo que los terrenos en cuestión cayeron bajo el fuero y competencia de la Corona; si bien supeditados a la nobleza a que entonces estaban conferidos: al Condado de Amarante las comarcas de Roupar y Lousada.
Tal señorío había sido fundado en Antas de Ulla (Lugo) por el Rey Felipe IV en 1648 y, sucedido en descendencia, por la Casa de Ozores, aunque conservando el nombre de “Señores de Amarante”. Llegó a poseer numerosos beneficios eclesiásticos y propiedades, entre ellas los “Cotos” de Roupar y Lousada.
Su titular de principios del siglo XVIII erigió en el valle de La Torre una mansión de estancia, todavía existente que, por más que sufrió reformas, conserva el aspecto señorial; y erigió también la Ermita de San Roque, donde se celebra la tradicional romería del 16 de agosto, la cual ostenta su estructura primitiva.
Manifiesta un estilo de transición entre el barroco y el neoclásico, poseyendo el retablo un frontispicio con hojas serpenteantes de imitación barroca, columnas con relieves que presentan flores y encabezadas por volutas y hojas de acanto; todo ello originariamente dorado en oro.
Posee las imágenes antiguas de San Roque, San Francisco y de la Inmaculada; un cielorraso artesonado de madera de roble; suelo con lajas de pizarra, carcomidas por el uso multisecular; viacrucis simple a base de barrotes de roble.
No tiene espadaña, y la puerta de entrada está dirigida a un ventanal de la cercana “Mansión”, desde donde el Señor Amarante atendía a la Misa sin salir del edificio.
Tuvo capellanes propios, de cuyo nombramiento o provisión hay varios expedientes en el Archivo Diocesano de Mondoñedo.
En el transcurso de los años los restos de esta nobleza terminaron perteneciendo al marquesado de Medinaceli y al conde de Pallares, de Parga, quien dirimió en 1927 los “Foros” o lugares de los colonos, que en esa fecha pasaron a ser definitivamente dueños de la propiedad.
(Enrique Rivera Rouco, agosto de 1996).
Ermita de San Esteban
El partido de Roupar de Abajo, conocido tamibén por “A Tallería”, se halla situado dentro de un paisaje pintoresco, en el lado noroeste de la parroquia, respaldado por las sierras de “Pena Moura” y “Monte Caleiro”, que delimitan a Roupar de las Feligresías de El Burgo y As Pontes. Tiene su propio patrono, San Esteban, que, aunque en el santoral su día es el 26 de diciembre, viene celebrándose el domingo de Pentecostés ya tradicionalmente.
…Fue erigido por devoción particular sin ser dotado de “Capellanía fundacional” como los de origen aristocrático.
Su antigüedad se remonta por lo menos a tres siglos atrás. Es significativo que el barrio circundante lleve el nombre de “A Ermida”, lo que lo sitúa.
Al parecer, fue construida por la llamada “Casa de Vieito” sita en las cercanías, de la cual proceden los ascendientes predecesores de las familias Vieito Souto y Mouriño Vieito.
Por el año 1945 sufrió un incendio causado por una vela que inadvertidamente quedara encendida. Pereció el retablo quedando solo las paredes y afortunadamente se salvaron las antiguas imágenes de S. Esteban, S. Mateo y las Vírgenes de la Dolorosa y de la Concepción.
El edificio, al ser reconstruido, perdió parte de su tipismo primitivo.
(Enrique Rivera Rouco)
Ermita del Campo
Este santuario, dedicado a la Virgen del Carmen y San Cayetano, fue erigido a principios del siglo XVIII por el Conde Sánchez, hijo del Conde Sancho Arias y de su esposa Dª Juana de Ozores, quien a su vez era sobrina del Conde de Amarante (Juan de Lemos y Sarmiento) al cual concedió el Rey Felipe IV el señorío de los “Cotos de Roupar y Lousada” en 1648 y fijó su mansión en el barrio de La Torre (Roupar) donde fundó la Capilla de San Roque, que se conserva en su estilo original.
En la sucesión del Amarante este conde (Sánchez) percibió la zona Sur del Feudo: la zona del Campo y Lousada, que le otorgó el rey Felipe V en 1720.
Construyó el Santuario del Campo en el lugar actual; si bien fue reconstruido en 1960 perdiendo su mérito primitivo: estaba pisado de pizarra, era más grande la base y poseía un retablo neoclásico que lamentablemente fue destruido al renoval el edificio el edificio y además poseía en la parte superior, en bajorrelieve, la efigie facial del conde.
Contiene una imagen antigua, de vestir, de la Virgen del Carmen; una en cartón piedra de san Cayetano; una talla de madera del Sagrado Corazón y una imagen pequeña también antigua de madera, para imponer a los devotos.
En el Archivo Diocesano de Mondoñedo, sección de Expedientes de Provisión de Capellanías, se conservan varios expedientes relativos a esta fundación del Santuario del Campo, comprendidos entre los años 1739 y 1797, en los que eran nombrados los capellanes que lo rigieron y a propuesta del conde, el cual ostentaba el derecho de “presentación”.
Todavía quedan los restos de la casa usada por el Conde Sánchez los días que pasaba en el Campo de Roupar, situada en el barrio del mismo nombre, y en la cual se aprecian, enfilando la puerta de entrada troneras defensivas a través de la pared.
En el año 1902 fue construido, frente a la puerta de la ermita un importante crucero de granito que lo donó José Castelo y Esposa, según reza una inscripción de la base. Otra inscripción anuncia las indulgencias que le entonces Obispo de Mondoñedo concede a quienes recen una oración ante él. Es obra de los artesanos de la Comarca da Terra Chá (Lugo), estéticamente bien logrado, con capitel de orden corintio, imágenes miniatura sobe el capitel e imágenes del crucificado y la Dolorosa en la cruz terminal; relieves con los instrumentos de la crucifixión en el mástil y basamento cuadriculado con escaleras.
Enrique Rivera Rouco.
Texto e fotografías aportados por D. Xose María López Ferro, director do Museo Etnográfico Monte Caxado de As Pontes coa aprobación de D. Javier Martínez Prieto, sacerdote actual da UPA de Ortigueira a quen agradecemos o seu traballo e colaboración.