Decía Juan Pablo II que el gran desafío para la pastoral de la Iglesia “consiste frecuentemente no tanto en bautizar a los nuevos convertidos, sino en guiar a los bautizados a convertirse a Cristo y a su Evangelio”.
De ahí la importancia de la iniciación cristiana de adultos en el momento actual, algo, por otra parte, inherente a la parroquia, auténtica comunidad iniciática donde se nace, se vive y se transmite la fe. Muchas veces, los que nos llamamos cristianos, somos los que menos conocemos al que decimos seguir, que es Jesús, y somos los que menos conocemos la iglesia a la que decimos pertenecer que es la iglesia Católica.
La mayoría de los adultos que comienzan la catequesis lo toman muy en serio, comprometiéndose con Dios y la Iglesia. Muchísimas que no habían terminado su iniciación Cristiana solicitan el Sacramento de la Confirmación al finalizar el curso.
Cuando una persona está interesada en visitar un lugar, lo primero que siente es la ilusión y la esperanza de poder visitarlo, luego prepara un viaje, establece un itinerario, compra lo que necesita, y se pone en marcha.
Pues así debe ser la vida de un cristiano; primero tener ilusión y esperanza en alcanzar la vida eterna y la salvación que nos dio Jesucristo. Después, nos preparamos con los sacramentos de la iniciación cristiana, mediante los cuales entramos a formar parte de la Iglesia. Y por último iniciamos el viaje, siguiendo un itinerario, que los cristianos tenemos bien definido en la Bienaventuranzas que nos enseñó Jesús, y siguiendo una vida de coherencia entre lo que decimos que somos y lo que vivimos en nuestros respectivos ambientes donde desarrollamos nuestra vida, para alcanzar esa meta de esperanza que es la salvación eterna.
CURSILLOS PREMATRIMONIALES
¿ QUE ES UN CURSILLO?
La evangelizacion hoy es una urgencia y debe comenzar por las familias. Parece lógico prepararse para formar una familia cristiana, mas que una obligación, sea una necesidad.
La Iglesia invita a todas aquellas parejas que deseen formar una familia a participar en una Catequesis de Preparación para el Matrimonio. El objetivo no es otro que iluminar a la pareja antes de para emprender su camino hacia la vida en común, con el fin de valorar dicho sacramento, a la luz del amor de Dios, y saber apreciar y cuidar la belleza y la grandeza de esta vocación tan maravillosa al servicio de la vida.
El matrimonio es vocación de santidad, por ello debemos ser responsables, conscientes, en una formación constante, tanto doctrinal como espiritual.
Dios nos fortalece en los momentos de prueba, nos anima en la lucha y nos hace, si lo dejamos, crecer; ya no individualmente, sino en pareja y luego en familia, en la Fe y en el Amor.
Un equipo de personas formado por cinco matrimonios ofrecen su experiencia para intentar transmitir que es durante el noviazgo cuando debemos valorar todas las “gracias” (beneficios) que Dios nos regala al decidirnos casar por la Iglesia.
Otro de los integrantes de este equipo de catequistas es el sacerdote y su presencia tiene como objeto exponer que significa el Sacramento del Matrimonio y ayudar a las parejas a preparar la celebración
¿CUÁL ES EL CONTENIDO?
El contenido de las distintas catequesis esta marcado por la Delegación de Pastoral Familiar de nuestra diócesis. El temario es:
- Presentación del encuentro: Objetivo, contenido y método.
- El proceso de madurar: valores inherentes a la persona,
- El proyecto de pareja: nuevos caminos para el matrimonio y la familia.
- El matrimono como espacio de maduracion personale y del expresion del amor y de la fecundidad de la pareja.
- El matrimono y sus relaciones con el entorno próximo
- Dios camina con nosotros
- El amtrimoio y la familia en la comunidad cristiana.
- El matrimonio: sacramento del amor
- La celebracion del Sacramento
- Evaluación: celebración de la palabra y fin del encuentro
¿ CUÁNDO SE IMPARTE?
Cada pareja ha de dirigirse a su parroquia donde le informaran de las distintas instituciones, días, horarios de los cursillos de nuestra diócesis para que cada cual adapte a sus circunstancias la asistencia.
BAUTISMO

El Bautismo es el sacramento en el cual se funda nuestra fe misma, que nos injerta como miembros vivos en Cristo y en su Iglesia. Junto a la Eucaristía y la Confirmación forma la así llamada «Iniciación cristiana», la cual constituye como un único y gran acontecimiento sacramental que nos configura al Señor y hace de nosotros un signo vivo de su presencia y de su amor.
Puede surgir en nosotros una pregunta: ¿es verdaderamente necesario el Bautismo para vivir como cristianos y seguir a Jesús? ¿No es en el fondo un simple rito, un acto formal de la Iglesia para dar el nombre al niño o a la niña? Es una pregunta que puede surgir.
A este punto, es iluminador lo que escribe el apóstol Pablo: «¿Es que no sabéis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte? Por el Bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva» (Rm 6, 3-4). Por lo tanto, no es una formalidad. Es un acto que toca en profundidad nuestra existencia.
Un niño bautizado o un niño no bautizado no es lo mismo. No es lo mismo una persona bautizada o una persona no bautizada. Nosotros, con el Bautismo, somos inmersos en esa fuente inagotable de vida que es la muerte de Jesús, el más grande acto de amor de toda la historia; y gracias a este amor podemos vivir una vida nueva, no ya en poder del mal, del pecado y de la muerte, sino en la comunión con Dios y con los hermanos.
En efecto, como de generación en generación se transmite la vida, así también de generación en generación, a través del renacimiento en la fuente bautismal, se transmite la gracia, y con esta gracia el Pueblo cristiano camina en el tiempo, como un río que irriga la tierra y difunde en el mundo la bendición de Dios.
Desde el momento en que Jesús dijo lo que hemos escuchado en el Evangelio, los discípulos fueron a bautizar; y desde ese tiempo hasta hoy existe una cadena en la transmisión de la fe mediante el Bautismo.
Esa transmisión de la fe es a lo que llamamos Evangelizar. Y cada uno de nosotros es un eslabón de esa cadena: un paso adelante, siempre; como un río que irriga. Así es la gracia de Dios y así es nuestra fe, que debemos transmitir a nuestros hijos, transmitir a los niños, para que ellos, cuando sean adultos, puedan transmitirla a sus hijos.
La Catequesis a los padres y padrinos que se realiza en la parroquia no es una simple condición más o un requisito sino una necesidad: entender que así es el Bautismo. ¿Por qué? Porque el Bautismo nos hace entrar en este Pueblo de Dios que transmite la fe. Esto es muy importante. Un Pueblo de Dios que camina y transmite la fe.
En consecuencia, aquellos que decidan elegir nuestra parroquia bautizar a sus hijos o a ellos mismos deberán recibir la catequesis y comprometerse asimismo a ser los primeros catequistas de sus hijos.