
CON LAS PERSONAS EN SOLEDAD
“No es bueno que el hombre esté solo…” (Gn 2, 18)
Son muchas las personas que padecen soledad o se ven abandonadas a su suerte en un momento dado. Vivir más o vivir peor es más difícil cuando llega el invierno y se alarga la noche o cuando empieza el día y no tiene uno quehacer ni quién le escuche. En el hospital o en la residencia, en el hogar donde otrora hubo niños y alegría, hay ahora una persona en soledad. Entre la gente que ríe y se divierte en fin de semana porque disfruta de la vida, hay personas que viven en silencio. Mientras unos hacen planes para el porvenir, otros piensan que no tienen futuro en este mundo. La Iglesia quiere estar cerca de las personas en soledad a través de la parroquia, sus sacerdotes y sus laicos. Como oyentes de la Palabra que somos, hemos escuchado el designio del Creador sobre el ser humano: “no es bueno que el hombre esté solo…” Al hombre se le ofrece una ayuda en la mujer y a la mujer en el hombre, a cada cual en su prójimo cuando éste acude a aliviar la soledad del otro.
Actividad parroquial
Para la reflexión:
-la soledad en los jóvenes
-la soledad en los sacerdotes
-la soledad en las personas mayores
-la soledad ante una decisión difícil…
CON LAS FAMILIAS EN DUELO
“Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su santa morada” (Sal 68, 6)
En nuestras parroquias son numerosas las familias que quieren despedir a sus seres queridos con las exequias del rito católico. Expresan, de este modo, su esperanza en medio del duelo ante la pérdida de un ser querido. Hay otras maneras de despedir a los que se van igualmente dignas y respetuosas con la memoria y las creencias del difunto pero no tan preñadas de esperanza como la que se celebra en la Iglesia. Porque solo en ella la despedida es propiamente una celebración. Se celebra la Vida de la que procede y hacia la que se dirige todo mortal. No por un proceso natural sino por el camino abierto a los que creemos en Cristo y a cuantos buscan a Dios con la entrega generosa de sus vidas: el camino inaugurado por su Resurrección. En el contexto de una sociedad como la nuestra, donde son tantas las personas de edad avanzada y vida rica en experiencia, el funeral es una invitación a la esperanza para los vivos y una hermosa manera de honrar a los difuntos. De las palabras del sacerdote y de la atención de los fieles depende, por cierto, que la esperanza se haga sensible en un momento tan especial para todos.
Actividad parroquial
Para la reflexión
-sobre el duelo
-ritos de despedida…
CON LAS FAMILIAS EN CAMINO
“Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra” (Lc 8, 19-21)
Cuando unos novios se acercan a la parroquia con intención de unirse en matrimonio o cuando, ya padres, acuden a pedir el bautismo para su recién nacido, es muy grande la confianza que ponen en la Iglesia. Se saben miembros suyos, bautizados en la fe de sus padres que han hecho propia de alguna manera a partir del día de su primera comunión y confirmación, tal vez, y que les mueve, llegado el momento, a tomar ciertas decisiones que otros muchos no toman porque no las consideran necesarias para sus propias vidas o la de sus hijos. Son las familias en camino. Se ponen en camino en días como el de su boda religiosa o el del bautismo de sus hijos. Que este camino sea realmente el suyo y no el que una convención social haya establecido desde antiguo depende, ante todo, de ellos mismos así como de la entera comunidad cristiana. La parroquia, con sus sacerdotes y sus fieles, ha de ser percibida por las familias en camino como una familia de familias, dispuesta a acompañar en el camino de la vida, especialmente cuando hay dificultades a la vista. La educación de los hijos en la fe y en el amor así como la propia unión de los esposos en la fe que un día proclamaron es una tarea siempre necesaria que encuentra, más allá de ellos mismos, su principio y fundamento.
Actividad parroquial
Para la reflexión:
-sobre la iniciación en la fe: del hogar a la parroquia
-iniciación en la fe y educación en valores…
CON NUESTRAS PARROQUIAS
“Yo te digo: tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia…” (Mt 16, 18)
Estamos cerca y lejos, a la vez, los que formamos la parroquia. Estamos cerca de los que acuden a ella por necesidad, para ser escuchados y atendidos. Estamos lejos, en cambio, de cuantos no creen que sus necesidades o preocupaciones puedan encontrar ya respuesta en la Iglesia, presente en sus parroquias urbanas o rurales. Para una inmensa mayoría es su propia familia el ámbito exclusivo donde las personas encuentran ayuda y apoyo en los momentos difíciles. Fuera del ámbito familiar, los profesionales de la ayuda o la atención especializada se ocupan de resolver sus problemas. Pero la parroquia no está ahí solo para sus feligreses o para los usuarios de Cáritas. No está ahí, en el centro de nuestras villas o aldeas, como un edificio vetusto que habla en silencio de otros tiempos y otras maneras de entender la vida. La parroquia es la Iglesia edificada con piedras vivas y concretas. De su seno brota una inquietud pastoral hacia aquellas “otras ovejas que no son de este redil”, en palabras de Jesús. Hoy, “otras ovejas” son todos aquellos de los que estamos lejos: jóvenes, familias o personas en soledad que acuden a la iglesia parroquial solo con ocasión de un funeral o un rito de paso.
Actividad parroquial
Para la reflexión
-parroquia y sociedad
-unidades pastorales
-historia de nuestras parroquias…

CON LOS QUE CAMINAN POR LA CONFIANZA
“Dios es amor y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en Él” (1Jn, 4, 16)
En nuestro tiempo, como es sabido, no son pocas las personas que creen superada la necesidad de religión y piensan que la espiritualidad puede acabar sustituyendo a las viejas religiones. Una u holística por todas y particulares. La espiritualidad sin religión es una formidable llamada de atención para las religiones sin espiritualidad, para las personas que practican o no su religión mientras buscan espiritualidad fuera de su parroquia o comunidad cristiana. Por eso, en el centro de nuestras actividades como ministros y miembros de la Iglesia, la celebración eucarística aspira a expresar la espiritualidad del mismo Cristo, el ungido y resucitado por el Espíritu para “que tengamos vida”. Sobre la mesa de la Palabra y la Eucaristía religión y espiritualidad, ministerio de la ley y ministerio de la gracia, recuperan su prístina unidad y se ofrecen a las personas de nuestro tiempo, divididas a menudo por demandas y necesidades de sentido opuesto que dispersan sus energías en múltiples direcciones. Es la unidad superior del amor la que brilla en la celebración litúrgica y fortalece la confianza de los que caminan por ella hacia la plenitud en el Misterio total de Cristo.
Actividad parroquial
Para la reflexión
-culto y vida
-espiritualidad cristiana
-el canto gregoriano…